Según los informes, a instancias de los Emiratos Árabes Unidos, Israel ha estado presionando a la Administración del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, para que designe a Ansarolá como un “grupo terrorista”, aunque oficializó en febrero de 2021 la retirada de este movimiento popular de la lista de organizaciones terroristas.
El martes, un funcionario israelí dijo al diario The Times of Israel que Abu Dabi ha intensificado su cabildeo para la inclusión en la lista negra del grupo yemení y ha reclutado al régimen de ocupación de Tel Aviv en el intento.
Israel les ha dicho a los funcionarios estadounidenses que volver a imponer la designación frenaría la influencia regional de Irán, alegó el funcionario. “No estamos haciendo esto solo por los emiratíes. Creemos que tal paso es del interés de todos”, agregó.
Además, una fuente israelí familiarizada con el asunto dijo que el Consejo de Seguridad Nacional de EE.UU. se ha entusiasmado con la idea de volver a designar a Ansarolá en la lista negra, mientras que otros en la Administración de Biden siguen dudando más.
El congresista demócrata Gregory Meeks, que encabeza el Comité de Asuntos Exteriores de la Cámara de Representantes de EE.UU., sostuvo que estaba analizando “muy detenidamente” el tema y que estaba en conversaciones con otros funcionarios al respecto.
Eso mientras muchos grupos pro derechos humanos han advertido que tal medida podría poner en peligro la vida del pueblo yemení al dificultar el trabajo de entregar ayudas humanitarias al país árabe, que desde marzo de 2015 es objeto de una brutal campaña de guerra librada en su contra por Arabia Saudí y sus aliados, incluidos los Emiratos Árabes Unidos.
En este mismo contexto, el líder del movimiento popular Ansarolá, Abdulmalik al-Houthi, aseguró el lunes que EE.UU. e Israel han reclutado a los regímenes saudí y emiratí para implementar sus objetivos.
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