Hablando con la prensa desde la ciudad capitalina de Riad, Bin Salman asimismo consideró que la reestructuración política y cultural de Arabia Saudí es “esencial” para financiar el desarrollo de la monarquía y luchar contra sus “enemigos como Irán”, según citó el martes el diario estadounidense The Washington Post.
A juicio del joven príncipe saudí, estos cambios forman parte del shock que necesita el país también para “modernizar” la monarquía en diferentes aspectos
Bin Salman, de 32 años, se refirió a la destitución del jefe del Estado Mayor, el general Abdel Rahman bin Saleh Al Bunyan, entre varios altos cargos castrenses por su padre el rey Salman bin Abdulaziz Al Saud, y opinó que la reestructuración en la cúpula militar del lunes, era “un esfuerzo” para sustituirlos con gente con “mucha energía” para poder alcanzar los objetivos del país. “Queremos trabajar con los fieles”, enfatizó.
El príncipe heredero explicó que los cambios en la cúpula militar, planeados desde hace varios años, según recordó, buscan asimismo “conseguir mejores resultados” para el presupuesto que invierte el país en el sector de la defensa. Lamentó que a pesar de que Arabia Saudí tiene el cuarto mayor presupuesto militar del mundo, su Ejército se coloca en el 20º o 30º puesto a nivel mundial.
De igual modo, habló de los “ambiciosos planes” para movilizar las tribus yemeníes contra el movimiento popular yemení Ansarolá, que resiste ante la agresión saudí, emprendida contra el país más pobre de la región desde el 26 de marzo de 2015.
Al ser preguntado sobre si la monarquía liberará a los encarcelados activistas de los derechos humanos antes de su visita a Estados Unidos prevista para finales de marzo, el príncipe heredero contestó que los “estándares” saudíes difieren con los estadounidenses, pero funcionan, así que “si funciona, no lo toques”, recalcó.
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