“Quemar el Corán representa una gran provocación y falta de respeto por los musulmanes”, dijo el viernes el líder de Ansarolá, Abdulmalik al-Houthi, denunciando así la actuación del ultraderechista sueco-danés Rasmus Paludan, que el 21 de enero quemó un ejemplar del Corán durante una protesta realizada bajo la protección de la Policía de Estocolmo (capital sueca).
Además de calificar este acto de un “crimen”, el dirigente de Ansarolá lo consideró como el mayor acto hostil contra el Islam y los musulmanes, pues es una declaración de guerra.
Al-Houthi también acusó al lobby sionista, activo en EE.UU., Europa y varios países, de estar detrás de tales actos, insistiendo en que el lobby sionista está al frente de los enemigos del Islam, el Corán y los musulmanes en todo el mundo.
La quema del Corán en Europa, que es, asimismo, una guerra contra las santidades, se produce en el contexto de su esfuerzo para afianzar la hostilidad hacia el Islam, cuya expansión les preocupa a los europeos, dijo.
Ante tal coyuntura, Al-Houthi llamó a boicotear los bienes y productos de los países que oficialmente adoptan acciones hostiles que ofenden el sagrado Corán, el Islam y los musulmanes.
Paludan, líder del partido anti-Islam y antimigrantes Línea Dura, había hecho varias acciones similares en el pasado. Varios países musulmanes como Irán, Pakistán, Turquía, Afganistán, Irak, entre otros, tacharon el acto de “crimen de odio” y “otra prueba del alarmante nivel de islamofobia, racismo y discriminación en Europa”.
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