Es necesario que la conferencia en Ginebra comience en el punto en el que se interrumpió el diálogo nacional yemení, igualmente patrocinado por la ONU e interrumpido por la agresión saudí; es preciso que en éste participen todas las partes del conflicto yemení", asegura Ansarolá.
"Es necesario que la conferencia en Ginebra comience en el punto en el que se interrumpió el diálogo nacional yemení, igualmente patrocinado por la ONU e interrumpido por la agresión saudí; es preciso que en éste participen todas las partes del conflicto yemení", aseguró Hamza al-Houthi, miembro de la comisión política de Ansarolá.
En este contexto, el pasado 27 de abril, el ex enviado especial de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para Yemen Yamal Benomar denunció que las ofensivas militares de Arabia Saudí descarrilaron los diálogos de paz en Yemen justo cuando las facciones políticas yemeníes estaban a punto de lograr un acuerdo.
En declaraciones durante una entrevista concedida al diario estadounidense The Wall Street Journal, Benomar recordó que Ansarolá incluso había aceptado retirar sus fuerzas de varias ciudades bajo el acuerdo que estaba tomando forma antes del inicio de los ataques saudíes, el pasado 26 de marzo.
Hamza al-Houthi, asimismo, calificó de "necesaria" la participación de todas las partes yemeníes en el evento, cuyo objetivo es buscar una solución a la crisis política del país.

También expresó su rechazo a la participación en este proceso de los países que han formado parte de la agresión saudí al pueblo yemení.
El funcionario de Ansarolá hizo estas declaraciones después de que el nuevo emisario de la ONU en Yemen, Ismail Ould Cheij Ahmed, preparara el terreno para una nueva ronda de diálogos sobre Yemen, prevista para el 28 de mayo en Ginebra.
Con fecha anterior, Ansarolá había anunciado que este movimiento no va a asistir a los diálogos políticos que se celebran en Riad, capital de Arabia Saudí, cuya última sesión ha tenido lugar este martes.

El 26 de marzo, Arabia Saudí comenzó una ofensiva aérea contra Yemen sin el aval de las Naciones Unidas, pero con la luz verde de EE.UU., en un intento por restaurar en el poder al expresidente fugitivo Abdu Rabu Mansur Hadi, un fiel aliado de Riad.
Más de 3979 civiles han perdido la vida y más de 6000 han resultado heridos desde el comienzo de los ataques.
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