El parque de la Paz de Hiroshima, rememora como todos años a los 140 mil muertos por la bomba atómica “Little Boy” que lanzó un bombardero estadounidense sobre la ciudad a las 8.15 de la mañana del 6 de agosto de 1945.
Estados Unidos, como el único país que ha usado bombas atómicas en guerra, nunca he pedido disculpas. Y junto con sus aliados más cercanos, sigue fabricando y almacenando más bombas.
Irán, a través del canciller, Mohamad Yavad Zarif, recuerda al mundo el infame expediente de Estados Unidos y pide el fin de la doctrina de destrucción mutua asegurada.
Naciones Unidas también pidió a través del secretario general, António Guterres, el desmantelamiento de las armas nucleares a nivel mundial. Pero el problema es que los poseedores de armas atómicas no son los únicos que se niegan a aprender de lo sucedido.
Japón es el ejemplo paradójico: el único país del mundo que ha experimentado las bombas atómicas se niega a firmar el Tratado de No Proliferación (TNP) de este tipo de armamento de destrucción masiva.
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