• El canciller turco, Mevlut Cavusoglu, durante una reunión en Estambul (noroeste), 31 de octubre de 2019 (Foto: AFP)
Publicada: jueves, 12 de diciembre de 2019 1:56
Actualizada: lunes, 16 de diciembre de 2019 8:28

El canciller turco asegura que Ankara tomará medidas de represalia, de gran calado, si EE.UU. le impone sanciones por la compra de los S-400 rusos.

“Los legisladores estadounidenses deben comprender que no llegarán a ninguna parte con la imposición de sanciones”, aseveró el miércoles el ministro turco de Asuntos Exteriores, Mevlut Cavusoglu.

En declaraciones realizadas durante un programa de televisión, el canciller turco dejó en claro que, si Washington se acerca positivamente a Ankara, Turquía también reaccionará de manera positiva. “Pero, si adoptan una actitud negativa hacia nosotros, tomaremos represalias”, advirtió.

Entre las posibles medidas de represalia, Cavusoglu insinuó que Ankara podría vetar el acceso estadounidense a las bases de uso conjunto de Incirlik y Kurecik, ambas situadas en el sur de Turquía.

El canciller turco realizó dichos señalamientos, mientras que la misma jornada el Comité de Asuntos Exteriores del Senado de EE.UU. aprobó un proyecto de ley para imponer sanciones contra el Gobierno de Ankara por la compra de los sistemas rusos de defensa aérea S-400, así como en rechazo a una operación militar que Turquía lanzó en octubre pasado en el norte de Siria. La iniciativa, que ha sido aprobada por 18 votos a favor y 4 en contra, deberá someterse ahora a la votación del Senado.

 

Cavusoglu reiteró, no obstante, el rechazo de Ankara a las amenazas estadounidenses por la adquisición de los sistemas antiaéreos rusos y señaló que Turquía “compró los S-400 porque la oferta más adecuada para los sistemas de defensa aérea provino de Rusia”.

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Turquía es el primer país miembro de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) en sellar un contrato con Moscú para adquirir sus sistemas de defensa antiaérea y esto no le ha gustado nada ni al bloque militar occidental ni a EE.UU., que ha amenazado con imponerle sanciones al país euroasiático, e incluso eliminó en julio pasado a los turcos del programa de suministro de cazas de quinta generación F-35.

EE.UU. argumenta su postura, aduciendo que el uso de los F-35, junto con el sistema antimisiles S-400 ruso, podría dar lugar a una transferencia de información y crear agujeros de seguridad en el sistema de la OTAN. Sin embargo, Turquía insiste en que está en su derecho a adquirir el material necesario para garantizar su seguridad.

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