El diario turco Daily Sabah informa que el periodista Yamal Jashoggi grabó su propia muerte con el reloj inteligente que llevaba el día de su desaparición en el consulado saudí en Estambul.
Captó los momentos de su “interrogatorio, tortura y asesinato” en audios que fueron enviados a su teléfono y a la nube. Con esto ahora suben las presiones en todo el mundo.
La Organización de las Naciones Unidas (ONU) ha exigido “la verdad”, ya que alerta que estas desapariciones podrían suceder más a menudo. Turquía sospecha de Arabia Saudí, y dice que no coopera en las investigaciones.
Francia y el Reino Unido, entre otros, exigen esclarecer los hechos. Incluso el aliado principal de Arabia Saudí, Estados Unidos, dice que habrá un “castigo severo”, si se demuestran las acusaciones.
Aunque el presidente estadounidense, Donald Trump, no piensa cancelar el jugoso negocio de armas con la monarquía saudí, tal como exigen los congresistas.
Jashoggi se exilió a Estados Unidos en 2017. Denunció la represión del Gobierno de Muhamad bin Salman y la guerra de Arabia Saudí contra Yemen. El 2 de octubre entró al consulado de su país en Estambul para recoger unos documentos, pero nunca volvió a salir.
Arabia Saudí dice que las acusaciones sobre su desaparición son “infundadas”. Ahora está enviando una delegación del Ministerio de Exteriores y de los servicios secretos a Turquía para esclarecer los hechos.
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