“Nadie manda a Turquía. Nunca toleraremos las amenazas de nadie. El Estado de derecho es para todos, sin excepción”, dijo el jueves el ministro turco de Exteriores, Mevlut Cavusoglu a través de su cuenta en Twitter.
El mensaje del canciller de Turquía se produjo después de que el presidente de EE.UU., Donald Trump, declarara en la misma jornada que si Ankara no libera al pastor Andrew Brunson, su gobierno le impondrá “grandes sanciones”.
El portavoz de la cancillería turca, Hami Aksoy, también reaccionó a las amenazas de Trump y afirmó en un comunicado que Turquía invita a Washington a “regresar al marco de un diálogo constructivo y dejar a un lado las amenazas”.
Nadie manda a Turquía. Nunca toleraremos las amenazas de nadie. El Estado de derecho es para todos, sin excepción”, dijo el ministro turco de Exteriores, Mevlut Cavusoglu en respuesta las presiones de EE.UU. para la liberar un pastor estadounidense acusado de terrorismo.
Andrew Brunson, que lleva más de 20 años viviendo en Turquía, fue detenido en octubre de 2016 acusado de terrorismo, un cargo que el religioso niega. Un tribunal turco ordenó el jueves la excarcelación de Brunson tras 21 meses en prisión y lo puso bajo arresto domiciliario.
La Fiscalía turca considera que Brunson tiene lazos con el grupo armado del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK, por sus siglas en kurdo), considerado terrorista por Ankara.
En los últimos años, las tensiones entre EE.UU. y Turquía se han acentuado debido a varios temas, entre ellos la extradición de opositor turco Fethulá Gülen —al que las autoridades turcas acusan del golpe militar fallido de 2016— que reside en Pennsylvania (EE.UU.), las restricciones de visados aplicadas mutuamente a sus ciudadanos, y el apoyo de Washington a los miliciano kurdos, que tienen bases en Irak y Siria.
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