Un sismo de magnitud de 7,8, cuyo epicentro fue Turquía, ha dejado este lunes en varias provincias fronterizas de Siria 968 muertos y el colapso de edificios residenciales.
El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, ha alegado haber recibido una petición de ayuda por parte del Gobierno sirio, presidido por Bashar al-Asad, a través de canales “diplomáticos”. El premier del régimen de ocupación luego dijo que ha aprobado esta ayuda.
Israel “recibió una solicitud procedente de una fuente diplomática para ayuda humanitaria en Siria y la aprobé”, ha afirmado Netanyahu ante los diputados de partido ultraderechista Likud, pese a que ambos países carecen de relaciones diplomáticas.
No obstante, después del anuncio, una fuente oficial siria ha negado tal alegato. “¿Cómo podría Siria pedirle ayuda a una entidad que mata y que participa en el asesinato de sirios desde hace décadas?”, ha agregado la fuente.
Siria no reconoce la existencia de Israel y lo considerado como un régimen de ocupación; Netanyahu realiza tales afirmaciones mientras su propio régimen es el que, desde el estallido del conflicto en el país árabe en 2011, lleva a cabo ataques frecuentas contra objetivos militares o civiles en el territorio sirio, usando el espacio aéreo de El Líbano o el ocupado Golán sirio.
Damasco denuncia que los bombardeos de Israel buscan apoyar a los terroristas activos en Siria, en momentos en que el país árabe se sigue esforzando para restablecer la seguridad y estabilidad tras años de conflicto.
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