La agencia rusa de noticias Sputnik ha informado este sábado, citando a unas fuentes, que los terroristas del Frente Al-Nusra (también conocido como Frente Fath Al-Sham) recibieron siete misiles modificados con ojivas que contienen gases altamente tóxicos en la ciudad de Ariha, en el sur de la provincia siria de Idlib (noroeste).
Según el medio, tales proyectiles fueron transportados en tres etapas desde la ciudad siria de Sarmada, sita en la frontera sirio-turca, hasta Ariha y luego fueron llevados por un tractor agrícola cargado de forrajes.
Asimismo, ha revelado, su proceso de modificación fue realizado en una finca al suroeste de Sarmada por expertos franceses y belgas que obtuvieron gases tóxicos probablemente “cloro o sarín”, que un comerciante turco llevó de Turquía desde hace una semana.
La prisa por completar el proceso de modificación y la llegada tan rápida de este envío a Ariha incrementa las posibilidades de que sean utilizados pronto, al atacar un complejo residencial en el área con el fin de responsabilizar al Ejército sirio y las fuerzas rusas de usar gases tóxicos contra civiles, conforme a las fuentes.
El representante permanente adjunto de Siria ante la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Qusay al-Dahak, señaló el jueves que Damasco se unió voluntariamente a la Convención de Armas Químicas (CAQ), eliminó su arsenal de armas químicas, destruyó sus instalaciones de producción y sigue trabajando con el Consejo Ejecutivo de la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ).
No obstante, denunció que ciertos países encubren crímenes de organizaciones terroristas y politizan el llamado “archivo químico” en el país árabe.
El Gobierno sirio ha negado en reiteradas ocasiones haber lanzado ataques químicos contra su pueblo, y acusa a los países occidentales, bajo la tutela de EE.UU., de escenificar estos ataques para tensar la situación y justificar sus intervenciones militares en Siria.
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