Las unidades sirias, encabezadas por la 42.ª Brigada y la 4.ª División Acorazada atacaron el lunes, de manera repetitiva, las líneas de defensa de la llamada Junta de Liberación del Levante (HTS, por sus siglas en inglés), una banda vinculada a Al-Qaeda que ocupa parte del noreste de la provincia de Latakia (oeste).
Según lo reportado por medios locales, la artillería siria ha apuntado contra las posiciones extremistas localizadas cerca de la aldea de Kabani, la cual es considerada un importante baluarte terrorista en el noroeste de la provincia.
Kabani ha sido durante mucho tiempo un objetivo para el Ejército sirio y sus aliados rusos, quienes lanzan ataques aéreos en apoyo a las fuerzas sirias.
El Ejército sirio ha estado desplegando en los últimos días gran cantidad de refuerzos en la llanura de Al-Qab, en el noreste de Latakia, así como en el sur de la vecina provincia de Idlib para expulsar a los remanentes terroristas de la zona.
La operación de Latakia coincide con los avances del Ejército sirio por el norte y noreste del país, sobre todo en las provincias de Alepo y Al-Hasaka, donde Ankara inició el pasado 9 de octubre una ofensiva contra las milicias kurdas.
Este martes por la mañana, el presidente del país árabe, Bashar al-Asad, ha realizado una visita a la línea del frente en Idlib, donde ha departido con los soldados desplegados en el pueblo de Habit.
“Todas las zonas en Siria tienen la misma importancia, pero las prioridades las determina la situación militar en el terreno”, ha declarado el mandatario sirio. Asimismo, Al-Asad ha alabado las victorias cosechadas en Idlib —último feudo de las bandas armadas en Siria—, al tiempo que ha ratificado la determinación de su Gobierno a liberar cada centímetro del país de la presencia terrorista.
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