El miércoles, cuerpos de rescate y voluntarios descubrieron una fosa común en la ciudad de Al-Raqa, sita en el norte de Siria, con más de 1500 cadáveres de civiles en su interior. Conforme al responsable del sindicato médico en dicha urbe Yamal al-Aizi, los civiles encontrados murieron “por los ataques de la coalición anti-EIIL”, liderada por EE.UU. en octubre de 2017.
“El trágico descubrimiento de estas fosas comunes (…) revela la verdad sobre la información que proporcionamos repetidamente sobre los sangrientos crímenes de la coalición contra el pueblo sirio, especialmente en Al-Raqa”, ha denunciado este jueves la Cancillería siria.
En dos cartas dirigidas al secretario general de la Organización de Naciones Unidas (ONU), António Guterres, y al presidente del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas (CSNU), Sacha Llorenti, la Cartera siria ha aseverado que la coalición cometió esta masacre para apoyar a los terroristas de EIIL (Daesh, en árabe).
El trágico descubrimiento de estas fosas comunes (…) revela la verdad sobre la información que proporcionamos repetidamente sobre los sangrientos crímenes de la coalición contra el pueblo sirio, especialmente en Al-Raqa”, denuncia la Cancillería siria.
La llamada coalición que encabeza EE.UU. cometió este crimen tras el traslado de los terroristas de Daesh a la provincia oriental de Deir Ezzor para apoyar a los extremistas takfiríes y prepararlos para luchar contra el Ejército sirio en dicha zona.
Ante esta situación, Damasco ha exigido al CSNU que “asuma sus responsabilidades de preservar la paz y la seguridad internacionales” y actué inmediatamente para poner fin a los crímenes de la coalición contra el pueblo sirio.
En otra parte de las misivas, el ministerio de Exteriores de Siria ha criticado el silencio de ciertos países ante el asesinato de miles de civiles en Al-Raqa y ha llamado a realizar una investigación internacional sobre estas matanzas.
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