"No diría que sea un paso encaminado a obviar los intereses de Israel en materia de seguridad. A la hora de preparar esa decisión a tres bandas entre Rusia, EE.UU. y Jordania, manteníamos informada a la parte israelí sobre el sentido de esa labor", ha asegurado este viernes el canciller ruso, Serguéi Lavrov.
Las autoridades del régimen de Tel Aviv han expresado muchas veces su preocupación por el memorando acordado a principios de mayo por Rusia, Turquía e Irán para establecer en Siria cuatro zonas de distensión, con el propósito de afianzar el armisticio vigente desde el 30 de diciembre y poner fin a los enfrentamientos entre las fuerzas gubernamentales y las de la llamada ‘oposición’ armada.
La primera zona de distensión, fruto de un acuerdo entre EE.UU., Rusia y Jordania, entró en vigor el pasado 9 de julio en Al-Quneitra, As-Suwayda y Daraa, en el suroeste de Siria. La segunda empezó a funcionar el 22 de julio en Guta Oriental, y la tercera, el 3 de agosto en el norte de Homs.
Los israelíes se oponen al acuerdo de tregua en el sur de Siria, alegando que las cuatro zonas seguras podrían intensificar la influencia de Irán y del Movimiento de Resistencia Islámica de El Líbano (Hezbolá), aliado estratégico de Teherán, cerca de los territorios ocupados.
No diría que sea un paso encaminado a obviar los intereses de Israel en materia de seguridad. A la hora de preparar esa decisión a tres bandas entre Rusia, EE.UU. y Jordania, manteníamos informada a la parte israelí sobre el sentido de esa labor", dice el canciller ruso, Serguei Lavrov.
“Israel tiene en cuenta los objetivos del expansionismo de Irán en Siria”, ha sostenido recientemente el primer ministro israelí, Benyamin Netanyahu.
De acuerdo con varios informes, los asesores iraníes y los combatientes de Hezbolá han cumplido una función clave en la lucha contra distintos grupos terroristas en Siria, socavando los intereses de Israel y el Occidente.
Los sionistas se sienten preocupados, en particular, por los avances vertiginosos de los combatientes de la Resistencia hacia la frontera jordana y zonas estratégicas del sureste de Siria.
Desde el inicio de la crisis de Siria, el régimen israelí apoya cualquier estrategia que facilite el debilitamiento de las fuerzas que luchan activamente contra los terroristas en Siria, por ejemplo con ataques aéreos a las posiciones del Ejército sirio y sus aliados.
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