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Publicada: martes, 18 de noviembre de 2014 13:52
Actualizada: jueves, 10 de diciembre de 2015 9:27

Desempeñar una actividad profesional durante la noche y, por lo tanto, dormir en horario matinal provoca que se queme menos energía durante un periodo de 24 horas que los trabajadores con un horario normal, incrementando así su riesgo de aumento de peso y obesidad, según concluye un nuevo estudio dirigido por la Universidad de Colorado en Boulder, Estados Unidos. El estudio, que ha sido publicado en la revista 'Proceedings of the National Academy', se basó en una muestra de 14 adultos sanos que pasaron seis semanas en el Centro de Investigación Clínica y Traslacional de Hospital de la Universidad de Colorado. Durante los dos primeros días tuvieron un horario normal de dormir por la noche y permanecer durante el día despiertos, y después pasaron al trabajo por turnos a lo largo de tres días, invirtiendo sus rutinas. "Cuando las personas estuvieron en un horario de trabajo por turnos, su gasto diario de energía se redujo y, a menos que disminuyeran su ingesta de alimentos, esto por sí solo podría conducir a un aumento de peso", señala Kenneth Wright, director del Laboratorio del Sueño y Cronobiología de la Universidad de Colorado y autor principal del artículo. Durante el experimento, se controlaron cuidadosamente las comidas de los participantes y se les dio la cantidad de comida que normalmente necesitan tomar en casa para mantener su peso. Cuando los participantes pasaron al horario de trabajo por turnos, el momento de las comidas cambió, pero la cantidad total de calorías se mantuvo igual. Los participantes tuvieron la misma oportunidad de dormir ocho horas, independientemente de si esas horas eran durante el día o la noche. Los investigadores detectaron que la energía diaria total utilizada por los participantes disminuyó cuando estuvieron en un horario de trabajo por turnos. Probablemente, esa reducción estaba vinculada a la falta de correspondencia entre las actividades de la persona y su reloj circadiano, según Wright. Los seres humanos han evolucionado para estar despiertos y, por lo tanto, comer, cuando hay luz en el exterior y dormir cuando está oscuro, de forma que, en gran parte, el reloj circadiano humano se establece por la exposición a la luz solar. Los relojes circadianos de las personas pueden cambiar con el tiempo, incluso radicalmente, por ejemplo, con el uso de luces artificiales, pero, como los trabajadores por turnos suelen llevar un horario diurno en sus días libres, sus relojes biológicos no cambian para adaptarse a sus horarios de turno de noche. "El trabajo por turnos va en contra de nuestra biología fundamental", sentencia Wright, también profesor asociado de fisiología integrativa. "El trabajo por turnos requiere que nuestro tiempo biológico se produzca por la noche y nuestra noche biológica sea durante el día, y eso es muy difícil de lograr debido a que el sol es una potente señal. Podemos tener algún cambio en nuestro reloj (en un par de horas) pero entonces en los días libres, se vuelve al horario normal. De esta forma, los trabajadores por turnos nunca se adaptan", alerta. Sin embargo, los hallazgos sugieren que este colectivo puede ser propenso no solo a aumentar de peso, sino también a que cambie la composición de la grasa y la masa muscular de sus cuerpos. Wright advierte que a pesar de que los participantes quemaron más grasa inicialmente, esto no daría lugar a una pérdida de peso total, porque el gasto de energía durante los tres días de trabajo por turnos fue menor. myd/anz