Caminar a paso rápido y dedicar más tiempo a esta actividad puede reducir considerablemente el riesgo de desarrollar ciertas anomalías del ritmo cardíaco, como la fibrilación auricular, la taquicardia y bradicardia, según el estudio publicado en la revista Heart.
Para realizar su análisis, los investigadores utilizaron datos del Biobanco de Reino Unido, que incluyeron seguimientos de más de 13 años a más de 420 000 adultos de mediana edad. Se analizaron los ritmos de caminata de 81 956 de esos participantes con mediciones más precisas.
En comparación con aquellos que caminaban a una velocidad lenta (menos de 4,8 km/h), los caminantes a una velocidad media (entre 4,8 y 6,4 km/h) presentaron un 35 % menos de probabilidades de desarrollar arritmia.
Pero el impacto fue aún mayor para aquellos que caminaban a un ritmo más rápido. Las personas que caminaban a más de 6,4 km/h presentaron un 43 % menos de riesgo de sufrir problemas como fibrilación auricular, taquicardia y bradicardia.
Por su parte, la profesora Jill Pell, uno de los autores del estudio, explicó que los resultados mostraron que “solo era necesario caminar de 5 a 15 minutos al día a un ritmo promedio para obtener beneficios”, por lo que esto debería ser posible para ¡la mayoría de las personas”.
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