“Rusia, por su parte, se verá obligada a reaccionar adecuadamente”, ha dicho este miércoles el vicecanciller ruso, Grigori Karasin, a raíz de los recientes informes que señalan la intención de Kiev para convencer a EE.UU. de que establezca una base militar en el territorio ucraniano.
Según Karasin, que hablaba en una entrevista con la agencia local Sputnik, el establecimiento de una instalación militar estadounidense en Ucrania “conllevará inevitablemente a un deterioro de la situación”.
El diplomático ruso, del mismo modo, ha afirmado que la presencia militar de EE.UU. en Ucrania viola el artículo 10 de los acuerdos de Minsk —para aliviar el conflicto en el este de Ucrania— que urge la retirada de todos los grupos armados extranjeros, el equipo militar y los mercenarios del territorio ucraniano.
Rusia, por su parte, se verá obligada a reaccionar adecuadamente”, dice el vicecanciller ruso, Grigori Karasin, a raíz de los recientes informes que señalan la intención de Kiev para convencer a EE.UU. de que establezca una base militar en el territorio ucraniano.
En esta misma línea, ha lamentado que los asesores militares estadounidenses hayan permanecido en Ucrania para entrenar a los soldados y oficiales de las Fuerzas Armadas de este país.
“Además, los buques de la Marina estadounidense frecuentan los puertos de Ucrania en el mar Negro y participan en las maniobras conjuntas organizadas por el Ministerio de Defensa ucraniano”, ha dicho Karasin.
En marzo pasado, el Departamento de Defensa estadounidense (el Pentágono) ratificó la venta al Gobierno ucraniano de 210 misiles antitanque Javelin y 37 unidades de mando, por un valor estimado de 47 millones de dólares. Dos meses después, el Congreso norteamericano aprobó en mayo un proyecto de ley para otorgar un paquete de ayuda militar a Ucrania por valor de 250 millones de dólares.
Rusia, no obstante, ha advertido en reiteradas ocasiones a EE.UU. de que proporcionar armas a Ucrania llevará a una escalada de tensiones en el conflicto de Donbás (la cuenca del río Don, en el este de Ucrania) e impedirá la implementación de los acuerdos de Minsk, suscritos en septiembre de 2014 y en febrero de 2015.
Según Moscú, Washington “desatará un nuevo baño de sangre” si alimenta el conflicto, iniciado al lanzar Kiev una operación militar para hacer frente a los independentistas en 2014, cuando la península de Crimea optó por adherirse a Rusia mediante un referendo.
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