Así lo ha declarado hoy viernes el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, según quien, de momento no hay ninguna prueba de la supuesta implicación del Gobierno de Damasco en el ataque químico de la localidad de Jan Sheijun, en la provincia siria de Idlib (noroccidente), el 4 de abril.
“Nadie vio nada. De hecho no se ha mencionado ningún indicio”, ha señalado Peskov, para luego recordar el acuerdo general en que se usaron armas químicas. “La disputa es sobre quién las utilizó”, ha añadido.
Nadie debe ser culpado de nada antes de que se lleve a cabo una investigación, pues eso sentaría un precedente muy peligroso desde el punto de vista del derecho internacional”, indica el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, en referencia al ataque químico de Idlib.
En todo caso, ha insistido el portavoz, “nadie debe ser culpado de nada” antes de que se lleve a cabo una investigación, pues eso “sentaría un precedente muy peligroso desde el punto de vista del derecho internacional”.
En realidad, Moscú dispone de indicios sobre el ataque químico de Idlib, ha anunciado el vocero presidencial, pero todavía cree necesaria una “investigación internacional exhaustiva”.
Damasco asegura que el incidente de Jan Sheijun se debió a la explosión de un depósito de municiones que contenía armas químicas del Frente Al-Nusra (exrama siria de Al-Qaeda denominada ahora Frente Fath Al-Sham).
Ignorando los desmentidos de Siria sobre su supuesta autoría y el informe de la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ) que confirma que Damasco no dispone de armas de destrucción masiva, Washington bombardeó el viernes pasado la base aérea de Al-Shairat, en la provincia central siria de Homs.
El ataque ha provocado las advertencias del Gobierno de Siria, que afirma que Washington está arrastrando la crisis siria hacia un escenario peligroso.
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