Más allá de las advertencias del Tribunal Constitucional (TC) al presidente de Cataluña, la presidenta del Parlamento y todo el Ejecutivo catalán sobre consecuencias penales por romper con España, el reto independentista continúa. Los soberanistas se aferran al mandato de la cámara catalana para consumar la desconexión.
La formación Candidaturas de Unidad Popular (CUP), ha rechazado una vez más a Mas como presidente. Sus visiones económicas antagónicas y la presunta corrupción en la formación de Mas, son sus argumentos, pero no renuncian a seguir negociando.
Mas, ha ofrecido una presidencia compartida con vicepresidencias fuertes comandadas por Oriol Junqueras, Neus Munté y Raul Romeva, y la posibilidad de cesar al Gobierno en 10 meses, algo insuficiente por ahora para la CUP.
Los partidos unionistas, Partido Popular (PP) y Ciudadanos, han exigido el acatamiento sin contemplaciones a las leyes españolas.
El Parlamento catalán ha informado a las Naciones Unidas y la Unión Europea (UE) de la voluntad catalana de crear un nuevo Estado. Organizaciones sociales independentistas han anunciado movilizaciones para presionar a favor de un pacto para formar un gobierno soberanista que como máximo podría llegar a inicios de enero.
Oriol Puig, Barcelona.
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