El proyecto de reforma de las pensiones del Gobierno de Emmanuel Macron ha sacado a las calles de París (capital) a los hombres y mujeres que denuncian una aberración social. A la caída de la noche las luces querían reflejar el luto por la clase trabajadora que verá a su jubilación las pensiones fuertemente disminuidas.
Como en otras muchas ciudades en todo el país, los manifestantes defienden desde el pasado 5 de diciembre el modelo social francés que está siendo destruido por las políticas ultraliberales.
Llevan los manifestantes 50 días movilizados y a pesar del coste económico que para ellos tienen los días de huelga, están dispuestos a seguir luchando.
Esta manifestación, llamada “de las antorchas”, se suma a otros tipos de acciones que los sindicatos están llevando a cabo. Corte de suministro eléctrico en edificios públicos, en sedes de grandes multinacionales, ocupación y bloqueo de centros de transporte e incluso asedio al presidente Macron en sus desplazamientos. El Gobierno acusa a los manifestantes de radicalización.
Emmanuel Macron no logra acabar con la movilización sindical y sigue apostando por dejar que siga degradándose el clima social. Sin embargo, la opinión pública sigue apoyando a los manifestantes.
Juan José Dorado, París.
xsh/mjs