Aunque el rechazo sigue siendo generalizado, la enmienda quedó en manos del Congreso que se debate entre respetar la voluntad popular o acatar la decisión del gobierno.
Tras más de un mes de debate en el Congreso y en medio de un rechazo casi unánime al proyecto del gobernador de gravar a todos los bienes y servicios con un IVA del 16 %, la ciudadanía ha logrado que la cámara de diputados imponga cambios a la iniciativa. La enmienda de 1600 páginas fue presentada en las últimas horas y propone fijar dos tasas diferenciadas de 14 % y 10 %.
El senado, en desacuerdo, propuso que sean las corporaciones, principalmente estadounidenses, las que carguen con el mayor peso de la reforma y paguen nuevos tributos que permitan que el IVA general para el resto de los comercios sea de sólo el 11 %. El gobierno y su partido vetaron la propuesta.
El campamento de protesta instalado por los sindicatos frente al capitolio puertorriqueño ya lleva más de un mes y medio y los líderes sindicales aseguran que redoblaran esfuerzos para impedir que los legisladores aprueben medidas impositivas como las que aún barajan, a pesar del masivo rechazo de la sociedad.
El gobierno necesita urgentemente incrementar su recaudación fiscal para hacer frente a los inminentes vencimientos de deuda con los acreedores y llevar tranquilidad a los mercados, los cuales ya consideran a los bonos de Puerto Rico al borde de la incobrabilidad. Mientras tanto Washington continúa ignorando y sin dar solución a la apremiante situación que sigue afectando la economía de 3.6 millones de sus ciudadanos en el Caribe.
Carlos Rubén Rodríguez, San Juan
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