La misión iraní en Viena ha informado este jueves que la estrategia adoptada por ciertos actores occidentales ha consistido en crear deliberadamente una crisis artificial y, posteriormente, presentarse como artífices de la solución que ellos mismos provocaron.
“El director general del AIEA [Rafael Grossi] debe actuar con la debida cautela y abstenerse de participar en prácticas tan engañosas y contraproducentes, que socavan la imparcialidad y la integridad profesional de la Agencia, o de darles credibilidad”, ha escrito la misión iraní en su cuenta oficial de la red social X.
Espera, además, que Grossi base sus declaraciones estrictamente en “pruebas creíbles y verificables”, y que evite realizar “comentarios infundados o con motivaciones políticas” respecto al programa nuclear pacífico de Irán.
Previamente, el portavoz de la Cancillería iraní, Esmail Baqai, subrayó que el director general de la AIEA “sabe muy bien que nuestro programa nuclear es completamente pacífico”. “Grossi debe abstenerse de hacer afirmaciones infundadas sobre el caso nuclear de Irán”, ha agregado.
Teherán sostiene que la revelación del último informe de la AIEA, en el que se detallan aspectos sensibles del programa nuclear pacífico de Irán, así como la filtración de datos sobre sus instalaciones nucleares, facilitó el terreno para las agresiones de Israel y EE.UU. en junio contra el país persa.
El pasado 13 de junio, Israel inició una agresión de 12 días contra Irán, atacando instalaciones militares, nucleares y civiles en Teherán y otras ciudades, lo que dejó casi 1100 muertos. A los ataques israelíes se unió una semana después Estados Unidos, bombardeando tres sitios nucleares iraníes (Fordo, Natanz e Isfahán), protegidos por la AIEA, en clara violación de la Carta de las Naciones Unidas y el Tratado de No Proliferación (TNP) nuclear.
Pese a la agresión, Irán, para mostrar su buena fe, alcanzó un acuerdo con la Agencia en El Cairo (Egipto) a principios de septiembre que le permitía a la AIEA restablecer la supervisión plena. Sin embargo, el acuerdo quedó suspendido en respuesta a la aprobación de una resolución política por el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas (CSNU) a finales de septiembre que restableció las sanciones de la ONU a Irán, acusando al país de “incumplir” su parte del acuerdo nuclear de 2015.
La República Islámica de Irán, no obstante, ha dicho una y otra vez estar dispuesta a colaborar en pleno con la AIEA si se garanticen la seguridad de sus instalaciones nucleares.
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