Durante una reunión celebrada este miércoles, el presidente de Irán ha expresado su profunda preocupación por los recientes acontecimientos entre Afganistán y Pakistán, y ha subrayado la necesidad de unidad entre ambos países musulmanes.
“Los países musulmanes, especialmente las naciones de la región con raíces y culturas similares, tienen un vínculo inquebrantable de fe, historia y cultura y, basándose en las enseñanzas del Sagrado Corán, tienen el deber de trabajar juntos por la paz, la justicia y el progreso como miembros de un solo cuerpo”, ha declarado.
El mandatario ha afirmado que los conflictos y desacuerdos entre las naciones islámicas no son fruto de la voluntad de sus pueblos, sino resultado de conspiraciones urdidas por los enemigos del islam y del sionismo internacional, que “siempre han buscado crear división y debilitar a los países musulmanes”.
Asimismo, ha enfatizado que los creyentes son hermanos y ha instado a las naciones islámicas a actuar de manera conjunta en favor de la paz, la justicia y el desarrollo.
Pezeshkian ha declarado que fomentar el diálogo y fortalecer los lazos fraternales ha podido ser una estrategia eficaz para reducir las tensiones entre Afganistán y Pakistán.
Asimismo, ha afirmado que Irán se ha comprometido a emplear todos sus recursos y esfuerzos para disminuir las tensiones, promover el diálogo y consolidar las relaciones fraternales entre ambos países vecinos.
Al destacar que la región necesita paz, cohesión y cooperación más que nunca, Pezeshkian ha expresado su confianza en que los gobiernos y pueblos de Afganistán y Pakistán afrontarán sus desafíos con sabiduría y, finalmente, elegirán el camino de la amistad, la colaboración y la confianza mutua.
En medio de intensos enfrentamientos y bombardeos de artillería en la frontera, la tensión entre Afganistán y Pakistán se ha intensificado significativamente. Una nueva ola de ataques directos y acusaciones mutuas relacionadas con insurgencia y seguridad ha agravado la situación.
Según informes, las fuerzas afganas llevaron a cabo ofensivas que Islamabad ha calificado de “injustificadas”, desatando choques armados que se prolongaron durante la noche y afectaron a varias provincias limítrofes. Este repunte de violencia se produce tras días de hostilidades crecientes. El Ejército pakistaní respondió de inmediato con fuego de represalia, y se han registrado múltiples víctimas en ambos bandos.
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