Han transcurrido más de 33 mil horas desde que el ciudadano iraní Hamid Nuri fue arrestado tras su arribo al aeropuerto de Estocolmo, capital sueca. Su detención fue hecha al contrario de los convenios internacionales de DD.HH., ya que fue sólo por el testimonio de los miembros del grupo terrorista Muyahidín Jalq (MKO, por sus siglas en inglés), conocido en Irán como “los Hipócritas”. Ya en la conferencia de “Hipócritas, Traidores de ayer, denunciantes de hoy”, estudian el caso de Nuri desde el aspecto de DDHH.
Su juicio comenzó en agosto de 2021. Se realizaron 92 sesiones de primera instancia, en julio, el Tribunal del Distrito de Estocolmo le condenó a cadena perpetua, y desde agosto, celebraron 9 sesiones de apelación; durante este tiempo, la parte denunciante habló 500 horas y a Nuri sólo le dedicaron 20 horas para contestar las acusaciones.
Nuri, un exfuncionario iraní, está acusado de estar implicado en la “ejecución y tortura” de miembros del MKO en 1988. Bajshali Alizade, es el exmiembro de esta organización, huyó en 2016 de su campamento en Albania después de 27 años. Dice que el MKO no envía todos sus miembros al tribunal, ya que tiene miedo de que si llegan a Suecia, la mayoría huyan.
Suecia tiene una larga historia de apoyar a grupos terroristas antiraníes. El gobierno sueco también ha apoyado a Habib Farayolá Chaab, líder sueco-iraní de la agrupación Al-Ahvazia, quien fue ejecutado este sábado, por ser el responsable principal del atentado terrorista en septiembre de 2018 contra un desfile militar en la ciudad iraní de Ahvaz, el cual dejó unos 25 muertos y decenas de heridos.
Samaneh Kachui, Teherán
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