El país celebra el 44.º aniversario de la victoria pese a las presiones y hostilidades de sus enemigos. El 1 de febrero de cada año, miles de iraníes acuden al mausoleo del fundador de la Revolución Islámica, el Imam Jomieni (que en paz descanse), en Teherán, la capital, para conmemorar el día en que su líder volvió de Francia en 1979, tras 14 años en exilio. Este año, los iraníes celebran el 44 aniversario de esa victoria, con una serie de festividades de 10 días de duración y conocidos también como la Década del Alba o Deheye Fayr.
Como parte de las celebraciones, varios desfiles de autos y motos se llevaron a cabo en diferentes ciudades del país.
La Revolución se mantiene, según el presidente del Parlamento iraní, Mohamad Baqer Qalibaf, gracias a la lealtad del pueblo a las metas revolucionarias.
Qalibaf añadió que las presiones y sanciones del enemigo contra Irán también prueban que el país sigue comprometido con la ideología revolucionaria que incluye una postura popular, islámica y antiimperialista.
Al respecto, subrayó la importancia de seguir las enseñanzas del líder de la Revolución Islámica, el ayatolá Seyed Ali Jemenei, y supervisar todos los movimientos del enemigo para conocerlo y estar al tanto de sus complots. Llamó a conocer también los puntos fuertes y débiles del país para superar los problemas y proteger a la nación.
Qalibaf agregó que la Revolución Islámica hizo más fuerte a Irán y recordó que los simpatizantes del legado del Imam Jomeini son quienes aman más al país, para el cual no dudan en sacrificar todo, incluso, sus vidas.
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