Desde hace más de un mes, Estados Unidos lleva presionando a los países para sacar a Irán de la Comisión de la Organización de Naciones Unidas (ONU) sobre la Condición Jurídica y Social de la Mujer, acusándolo de supuestamente “reprimir” las protestas en la República Islámica y “vulnerar” los derechos de sus ciudadanas.
“Cualquier intento de explotar los acontecimientos internos en Irán para ejercer presión política contra nuestro país es condenado e inaceptable”, ha advertido este lunes el portavoz de la Cancillería iraní, Naser Kanani, en su rueda de prensa semanal.
El diplomático ha recordado que Irán fue elegido en marzo como un miembro de la comisión, de 45 miembros, durante una “votación legal y transparente”, en la que obtuvo 43 votos a favor.
Ha tachado de “una acción ilegal y motivada políticamente” los intentos de Estados Unidos y algunos países europeos por bloquear la participación de Irán en la comisión “al presionar a los países independientes”.
“Esta acción antes de ser un ataque a la República Islámica de Irán, constituye un golpe al derecho de países a votar de manera libre en instituciones y organismos internacionales”, ha advertido Kanani.
Ha denunciado que los países miembros del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas y el Consejo de Derechos Humanos de la ONU, que pretenden defender los derechos humanos, han cometido un sinnúmero de crímenes contra los Gobiernos y naciones de Estados independientes durante la historia, y ahora recurren a herramientas de derechos humanos para ejercer presión política a las naciones soberanas.
Estados Unidos, Israel, y algunos países europeos han explotado la trágica muerte de la joven iraní Mahsa Amini —ocurrida el 16 de septiembre— para incitar a la violencia y terrorismo en Irán. Washington y sus aliados occidentales también han intensificado las sanciones a Teherán por la supuesta “represión” de las protestas.
El Gobierno iraní, a su vez, ha dejado en claro que EE.UU. no puede hablar de los derechos humanos cuando está vulnerando sistemáticamente los derechos del pueblo iraní, en especial mujeres y niños, al mantener ‘la presión máxima’ al país.
Teherán siempre ha alertado que las asfixiantes sanciones occidentales constituyen el principal problema para la nación iraní, incluso las cataloga como la peor violación de los derechos humanos, puesto que prohíben el acceso a comidas, equipos médicos e incluso medicina, privando a la gente de llevar una vida digna y sana.
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