“Reiteramos nuestra postura antigua y principal de condena enérgica al uso de las armas químicas por cualquier persona, en cualquier lugar y bajo cualquier circunstancia”, aseveró el miércoles la representante permanente adjunta de la República Islámica ante las Naciones Unidas, Zahra Ershadi, durante una sesión del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas (CSNU).
Conforme enfatizó Ershadi, lo que garantiza que las armas químicas no vuelvan a utilizarse es la eliminación total de dichos armamentos en todo el mundo, junto a la toma de todas las medidas necesarias para asegurarse de que ese tipo de armas no se produzcan ni utilicen en el futuro.
Este es el objetivo principal de la Convención sobre Armas Químicas (CAQ), recordó la representante iraní, al tiempo que lamentó que no se ha materializado por el incumplimiento de EE.UU. de su obligación de destruir dichas armas, por lo que sigue siendo el “único miembro de la Convención que aun posee armas químicas”.
Como otro obstáculo en este sentido, la diplomática persa destacó “la falta de universalidad” de la CAQ, y señaló que esto se destrabará cuando el régimen de Israel se adhiera a la referida Convención “sin más condiciones previas ni demoras”.
Irán critica politización del expediente químico sirio
Por todo lo expuesto, Ershadi ratificó la postura de la República Islámica, haciendo un llamado a la no politización de la labor de la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas (OPAQ). “Todos los miembros deben evitar abusar de esta organización con motivos políticos para promover sus objetivos nacionales”, instó.
En este sentido, dijo que “no hay justificación para celebrar reuniones mensuales del Consejo [de Seguridad] en las que se revise el caso sirio”, pues, apreció, el Gobierno de Damasco ha cumplido con sus obligaciones sobre la prohibición del uso de armas químicas, incluida “la destrucción completa, en el menor tiempo posible y en condiciones difíciles, de las 27 instalaciones de producción de armas químicas”.
“Estas reuniones, en lugar de contribuir a [lograr] los objetivos de la Convención, socavan la autoridad y la credibilidad de la Organización para la Prohibición de las Armas Químicas y profundizan la crisis de credibilidad del Consejo de Seguridad”, avisó.
A modo de colofón, Ershadi exigió una vez más garantías sobre una actuación de la OPAQ “independiente, imparcial y profesional”.
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