• ¿EEUU o Irán, quién mintió al mundo sobre últimos avatares?
Publicada: miércoles, 12 de febrero de 2020 11:32
Actualizada: miércoles, 12 de febrero de 2020 13:17

Polémico número de soldados heridos de EE.UU. en Irak y el derribo de avión de pasajeros en Irán revelan dos diferentes métodos de divulgación de información.

La base aérea Ain Al-Asad, una de las más grandes de Irak con 1500 soldados estadounidenses, fue el 8 de enero el blanco del ataque de represalias por el asesinato del comandante de la Fuerza Quds del Cuerpo de Guardianes de la Revolución Islámica (CGRI) de Irán, el teniente general Qasem Soleimani, quien había ido a Bagdad para reunirse con los funcionarios iraquíes.

Las autoridades iraníes de alto rango informaron inmediatamente de que decenas de militares estadounidenses han muerto por el ataque. El comandante de la División Aeroespacial del CGRI, el general de brigada Amir Ali Hayizade, aseguró que EE.UU. evacuó con nueve vuelos a soldados heridos de la base y los trasladó a los hospitales de otros países.

Ocho días después del ataque, el Pentágono anunció el 16 de enero, que 11 de sus soldados resultaron heridos. La cifra se elevó poco después, a “un mayor número de soldados heridos”, luego a 34, 50 y 64, y ahora a 109.

El Pentágono está elevando el número de los heridos mientras el presidente de EE.UU., Donald Trump, había dicho inicialmente que ningún personal estadounidense resultó herido en el ataque, unas declaraciones que generaron mucha controversia.

Desde entonces, los informes han puesto a los funcionarios en la posición familiar pero poco envidiable de tratar de defender los comentarios de Trump. Sin embargo, el presidente hizo poco para ayudarlos cuando respondió desde el principio que no consideraba que las lesiones cerebrales traumáticas fueran tan graves.

“Escuché que tenían dolores de cabeza y un par de síntomas más, pero diría y puedo reportar de que no se trata de nada muy serio”, aseguró Trump en una conferencia de prensa en Davos, Suiza.

 

Se le preguntó el 23 de enero al secretario de Defensa de Estados Unidos, Mark Esper, sobre esos comentarios de Trump y no tenía mucho que ofrecer.

En referencia a las declaraciones de Trump, los analistas creen que el presidente tuvo que recurrir a mentir sobre las bajas estadounidenses en Ain Al-Asad porque si en las primeras horas del ataque hubiera dicho la verdad sobre los heridos habría sido presionado por los belicistas dentro del Gobierno para reaccionar.

En este sentido, Irán también llevaría a cabo ataques de represalia, a los que la Casa Blanca teme, indican los analistas.

Mientras los estadounidenses bloquearon el número auténtico de los heridos, sus homólogos iraníes trataban de revelar lo más pronto posible las informaciones sobre el avión Boeing 737-800 de Ukranian Airlines derribado cerca de Teherán (la capital iraní) en un momento de extrema tensión con EE.UU.

EE.UU. y Europa presionaron a Teherán para que revele la causa del derribo a fin de beneficiarse de la situación y minimizar los ataques iraníes contra la base estadounidense. Solo tres días después del derribo, las Fuerzas Armadas de Irán confirmaron que el Boeing fue derribado “de manera involuntaria” y por un “error humano”.

En este sentido, Amir Ali Hayizade dijo que los especialistas iraníes necesitaban tiempo para analizar los datos, y en cuanto llegaron a una conclusión las Fuerzas Armadas asumieron la responsabilidad.

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