“Esta medida muestra que ellos tienen miedo, incluso de su propia sombra”, ha declarado este domingo el presidente de la Asamblea Consultiva Islámica de Irán (Mayles), Ali Lariyani, en referencia al decreto presidencial de Donald Trump.
Trump firmó esta semana una orden ejecutiva para prohibir la entrada a EE.UU. de ciudadanos de siete países musulmanes: Siria, Libia, Yemen, Somalia, Irán, Irak y Sudán, y justifica la medida como parte de la lucha contra el ‘terrorismo’.
Esta medida (Restricciones a la entrada de ciudadanos de ciertos países por EE.UU.) muestra que ellos tienen miedo, incluso de su propia sombra”, señala el presidente del Parlamento iraní, Ali Lariyani.
Para Lariyani, el reciente acto “poco digno” de Washington es una señal de su racismo escondido detrás de su apariencia demagógica que pretende mostrar al mundo que es patrocinador de la democracia y de los derechos humanos.
El alto funcionario iraní ha subrayado que un país con elevada seguridad no toma medidas de este tipo con “miedo, ansiedad y pánico”, al agregar que el hecho de que Irán esté incluido en esta lista para impedir actos “terroristas” en el país norteamericano parece más una “broma” que una realidad.
A su juicio, el mundo entero sabe que en los últimos años, la República Islámica de Irán se ha enfrentado a los terroristas, pues ha hecho hincapié en que Irán es un país seguro, en el que toda la gente convive de manera pacífica y sin distinción de nacionalidad, religión y opiniones.
El decreto presidencial de Trump cierra las puertas de Estados Unidos a los refugiados por un periodo de cuatro meses y al mismo tiempo prohíbe la emisión de visados para los ciudadanos de los mencionados países. La orden incluye también a personas con doble nacionalidad.
El ministro persa de Asuntos Exteriores, Mohamad Yavad Zarif, además de condenar la decisión de Trump, la tachó de un gran regalo para extremistas: “la prohibición de entrada de los musulmanes (a EE.UU.) será registrada en la historia como un gran regalo para los extremistas y sus patrocinadores”.
La polémica orden provocó asimismo la indignación de los propios estadounidense que se manifestaron contra la medida de su nuevo presidente en los aeropuertos a lo largo de Estados Unidos, bajo las consignas “No a la prohibición de los musulmanes” y “los inmigrantes hacen grande a América”, entre otras.
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