A finales de su mandato, el general Velasco Alvarado, cuyo gobierno fue formado en su mayoría por castrenses, estaba decidido a declarar la guerra a Chile, que entonces estaba bajo la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990).
Velasco Alvarado buscaba obligar a Santiago a cumplir con un Tratado de 1929 y establecer la frontera marítima que hasta hoy se reclama. Israel vio una oportunidad para beneficiarse, pues vendió armas a ambas partes que estaban a punto de declararse la guerra.
Pinochet fue el aliado más cercano del régimen de Tel Aviv que Velasco Alvarado, en parte por razones ideológicas, y por lo tanto le vendió diferentes tipos de armamento para defenderse de las ‘amenazas regionales’, sin embargo, también benefició a través del comercio de armas a la dictadura de Velasco Alvarado.
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