Mediante un comunicado emitido el sábado, HAMAS condenó el “crimen de asesinato” de Nasralá en un ataque israelí ejecutado en septiembre de 2024 en un suburbio del sur de Beirut, capital libanesa, y valoró los sacrificios de Hezbolá y sus líderes en defensa de la causa palestina y la liberación de la ocupada ciudad palestina de Al-Quds (Jerusalén), así como la sagrada Mezquita Al-Aqsa.
El movimiento palestino dijo que Israel mató a Nasralá y otros dirigentes de Hezbolá “en un intento de disuadir a la Resistencia libanesa de continuar su apoyo a Palestina”, según recogió el diario palestino Filastin.
Sin embargo, lejos de “quebrantar su voluntad” o “apagar sus llamas”, las acciones de Israel no han hecho sino “fortalecer y reforzar su determinación de continuar su camino hacia la liberación” de Palestina, agrega el texto.
“El patrón de asesinatos selectivos por parte de la entidad israelí históricamente no ha logrado mermar la determinación de la Resistencia”, agrega HAMAS, advirtiendo de que la Resistencia regional “no será quebrantada”.
El movimiento palestino, que enfrenta a las agresiones israelíes a la Franja de Gaza desde octubre de 2023, ha aprovechado la ocasión para reafirmar su “plena solidaridad” con El Líbano frente a los continuos ataques israelíes y ha instado a los países árabes e islámicos a apoyar a Beirut en esta “delicada etapa”, para contrarrestar “los repetidos complots y ataques sionistas”, a fin de consolidar una “posición árabe” unificada “en apoyo de las causas justas de la nación”.
Luego de 32 años de un liderazgo incansable de Hezbolá, Nasralá fue asesinado en un ataque aéreo que llevó a cabo el régimen de Israel contra un barrio en el sur de Beirut el pasado 27 de septiembre. Además, su sucesor, Seyed Hashem Safi al-Din, cayó mártir en un ataque aéreo israelí unos días después (a principios de octubre).
En un discurso pronunciado con motivo del primer aniversario del martirio de Nasralá, el actual jefe de Hezbolá, el sheij Naim Qasem, aseguró que el movimiento libanés seguirá el legado de su predecesor, y nunca depondrán las armas, en claro desafío a Israel y Estados Unidos, que presionan a Beirut para desarmar al grupo. “Somos fieles al pacto [que hemos cerrado con el líder mártir]. No abandonaremos el campo de batalla ni abandonaremos las armas”, prometió Qasem.
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