Los pacientes están siendo empujados a la muerte mientras el equipo médico está a punto de dejar de funcionar.
El martes, el Ministerio de Salud de Gaza anunció que el Complejo Médico Al-Shifa ha interrumpido completamente su servicio de diálisis por falta de combustible, y sólo mantiene cuidados intensivos funcionando pocas horas al día. Según el comunicado, esta situación coloca a decenas de pacientes renales en riesgo inmediato de muerte, pues su tratamiento se ha reducido drásticamente o simplemente se ha detenido.
La crisis de combustible se inscribe en un colapso más amplio del sistema de salud: en toda Gaza, solo cinco centros de hemodiálisis funcionan con capacidad limitada, de los nueve que había antes de la guerra, atendiendo a un total de 684 pacientes. Además, más de 400 pacientes renales han muerto desde el inicio del conflicto, el 40 % del total, debido a la interrupción del acceso a diálisis. El Ministerio advierte que, de no recibir combustible, “todos los pacientes y heridos” morirán inevitablemente.
El Ministerio de Salud describió su situación como una crisis “sofocante y persistente” y denunció una estrategia deliberada que asfixia los hospitales. Reiteró el urgente llamamiento a instituciones internacionales, gobiernos y ONG para que intervengan de manera inmediata, garanticen la entrada de combustible y suministros médicos, y protejan el precario sistema sanitario de Gaza de un colapso total.
Aquí, en el hospital Al-Shifa, el colapso es total. Ya no hay diálisis, y los cuidados intensivos funcionan solo por horas. La vida de cientos de pacientes depende literalmente de un generador y combustible. Sin combustible, no hay salud, y sin salud, no hay vida. Gaza lanza un grito al mundo: se necesita acción urgente, no más silencio.
Huda Emad Hegazi, Gaza.
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