Pese a haber sufrido “cuantiosas pérdidas”, las Brigadas Al-Qassam, el ala militar del Movimiento de Resistencia Islámica de Palestina (HAMAS), sigue siendo una fuerza operativa en la Franja de Gaza, admite el ejército del régimen israelí, según informó el domingo el diario hebreo Haaretz, citando fuentes militares sionistas.
El informe detalló que el grupo palestino posee un gran arsenal de miles de cohetes y misiles y cuenta con unos 40 000 combatientes —similares a los niveles previos al 7 de octubre de 2023, cuando HAMAS lanzó la operación histórica ‘Tormenta de Al-Aqsa’ contra objetivos de Israel—.
Por su parte, un reciente informe del diario hebreo Walla reveló que una amplia red de túneles subterráneos de la resistencia palestina sigue siendo activa en distintas áreas de la Franja de Gaza, particularmente en las ciudades de Gaza y Jan Yunis, y en los campamentos de refugiados en el centro del enclave.
El pasado mes de abril, el diario hebreo Maariv indicó que el ejército solo había destruido aproximadamente una cuarta parte de los túneles de HAMAS —importantes en la implementación de las tácticas defensivas y ofensivas del grupo— en Gaza, mientras que el 75% de las vías subterráneas están intactas.
El ejército israelí lanzó la semana pasada la ofensiva denominada ‘Carros de Gedeón’ con incursiones terrestres simultáneas en los sectores norte y sur del enclave palestino con el objetivo de “ocupar toda Gaza” y destruir a HAMAS.
En cuanto a la ofensiva, el extremista ministro israelí de finanzas, Bezalel Smotrich, afirmó que “el método operativo es completamente diferente: no se trata de incursiones, sino de ocupar, limpiar y mantener el territorio hasta destruir a HAMAS”.
Sin embargo, contrario a las afirmaciones de las autoridades israelíes que dicen haber destruido la mayor parte de la infraestructura de HAMAS y su capacidad del combate, el grupo palestino sigue controlando Gaza y asestando duros golpes a las tropas invasoras.
La oposición israelí tacha de un fracaso total la guerra en Gaza y acusa al primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, de prolongar el conflicto para garantizar su supervivencia política.
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