El primer ministro israelí, el derechista Benjamín Netanyahu, volvió a reprobar el sábado por la noche los Acuerdos de Oslo firmados en 1993 entre el régimen de Israel y la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), que actuó como representante del pueblo palestino en aquel entonces.
“Yo heredé los acuerdos de Oslo”, dijo en una rueda de prensa. “La decisión de traer a la OLP de Túnez y plantarla en el corazón de Judea y Samaria [Cisjordania], y en Gaza, fue una decisión tomada y aplicada antes de que yo fuera primer ministro. Pensé que era un terrible error y lo sigo pensando”, agregó.
Señaló que él ha sido blanco de críticas dentro y fuera de los territorios ocupados palestinos desde hace casi 30 años por “frenar los Acuerdos de Oslo y de impedir el Estado palestino”. “Es cierto”, agregó.
“Estoy orgulloso de haber impedido la creación de un Estado palestino porque hoy todo el mundo comprende lo que podría haber sido ese Estado palestino, ahora que hemos visto el pequeño Estado palestino de Gaza”, enfatizó, volviendo achacar la culpa del sangriento conflicto en curso en el enclave costero a los palestinos.
Netanyahu defendió, además, su decisión de ignorar los llamamientos internacionales que piden el establecimiento de un Estado palestino soberano, un derecho reconocido y apoyado en varias resoluciones de la Organización de Naciones Unidas (ONU).
“Todo el mundo comprende lo que habría ocurrido si hubiéramos capitulado ante las presiones internacionales y hubiéramos permitido un Estado como ese en Judea y Samaria, rodeando Jerusalén [Al-Quds] y en las afueras de Tel Aviv”, dijo.
Sus declaraciones se produjeron mientras Israel lleva a cabo desde el pasado 7 de octubre una campaña de ataques implacables contra la Franja de Gaza en un intento de ocupar el enclave y desplazar a su población al desierto egipcio de Sinaí. Los bombardeos indiscriminados israelíes se han cobrado hasta el momento más de 19 000 vidas inocentes, en su mayoría mujeres y niños.
La ONU y la mayoría de los países opinan que solo el fin de la ocupación israelí de los territorios palestinos y la formación de un Estado soberano palestino pueden poner fin al conflicto de larga data palestino-israelí, lo que rechaza Ia entidad sionista categóricamente.
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