En un informe, la Oficina de las Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA, por sus siglas en inglés) ha revelado que el régimen israelí destruyó hasta 8746 estructuras de propiedad palestina durante todo el período, dejando a 13 000 civiles palestinos desplazados e infligiendo pérdidas a otros 152 000, según recoge este sábado el Centro de Información Palestina.
1559 de los edificios palestinos fueron demolidos, ya sea por el régimen israelí o por sus propios propietarios palestinos, quienes se vieron obligados a hacerlo para evitar pagar fuertes multas impuestas por la entidad ocupante.
En un intento por dar argumentos sobre la demolición de las estructuras palestinas, el régimen israelí ha estado acusando a sus propietarios de carecer de permisos de construcción, lo cual es casi imposible de obtener.
En un incidente reciente, una familia palestina se vio obligada este sábado a destruir su propia casa de 120 metros cuadrados en Al-Quds (Jerusalén) en la que se alojan tres familias para evitar pagar multas exorbitantes si el municipio israelí de la ciudad ocupada lleva a cabo la demolición por su cuenta.
Los palestinos y los grupos pro derechos humanos condenan enérgicamente la política de demolición como castigo colectivo que ejerce Israel, denunciando que son parte de la política de despojo y limpieza étnica del régimen del apartheid.
La Organización de las Naciones Unidas (ONU), a su vez, ha exigido una y otra vez a Israel que detenga esas violaciones contra los palestinos y cumpla con sus obligaciones como potencia ocupante bajo el derecho internacional humanitario.
Entre 600 000 y 750 000 israelíes residen en más de 250 asentamientos ilegales que se han construido desde la ocupación de Cisjordania y el este de Al-Quds por Israel en 1967. Las estructuras son ilegales conforme al derecho internacional que prohíbe la construcción en territorio ocupado.
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