Es padre de una familia y tiene hijos, pero ya no puede volver a trabajar en su tierra de cultivo, no puede caminar ni concentrarse. Esto debido a una larga huelga de hambre de 103 días que mantuvo en protesta por su detención en una cárcel israelí. Aunque ha pasado un año desde que terminó su huelga, todavía tiene muchos problemas de salud.
Maher es uno de los muchos presos palestinos que recurren a la huelga de hambre indefinida para manifestar su rechazo a la detención administrativa, una práctica israelí que permite el encarcelamiento sin cargos ni juicios. Esta medida es considerada ilegal por el derecho internacional.
Con el ayuno, los presos palestinos protestan también contra su condición en las cárceles israelíes. Según Amnistía Internacional, muchos se ven privados de su derecho a visitas familiares y el acceso a la educación y asistencia médica apropiadas. Sin embargo, tras largos días de huelga de hambre, podrían sufrir graves trastornos que perdurarían toda su vida.
La huelga de hambre se ve como una forma de resistencia y rechazo a los crímenes del régimen de Israel y la injusticia que sufren los palestinos bajo la ocupación. Esto es lo que dice también el palestino que hace poco quedó liberado tras 131 días en huelga de hambre.
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