Los medios palestinos han informado este jueves que los soldados israelíes arrasaron el hogar de Muntasir Shalabi, condenado por un tribunal militar israelí, so pretexto de haber participado en un ataque, en mayo cerca de la ciudad de Nablus en la aldea de Turmus Aya, norte de la ciudad cisjordana de Ramalá.
La esposa de Shalabi ha considerado a su cónyuge como un “héroe”. “Quieren desmoralizarnos, pero somos firmes. Esta es la situación de todo el pueblo palestino”, ha dicho.
Los palestinos y los grupos de derechos humanos condenan enérgicamente la política de demolición como castigo colectivo que ejerce el régimen de Israel. Varias personas resultaron heridas cuando unos 200 jóvenes palestinos se enfrentaron con las fuerzas israelíes para evitar la demolición de la casa de Shalabi.
En reacción, el Movimiento de Resistencia Islámica de Palestina (HAMAS) denunció lo ocurrido como un acto bárbaro y terrorista, practicado por bandas criminales que confirma la estupidez del régimen de Tel Aviv, y su fracaso en detener la lucha palestina contra el régimen ocupante.
La embajada de EE.UU. en la ocupada ciudad de Al-Quds (Jerusalén) emitió un comunicado en el deploró la destrucción de la residencia de una familia entera por las acciones de una sola persona, y pidió a todas partes exacerbar las tensiones.
Tras la firma de un acuerdo de normalización entre Israel y los Emiratos Árabes Unidos, Baréin, Sudán y Marruecos, ha habido un rápido aumento en la demolición de viviendas palestinas en la ocupada Cisjordania y Jerusalén.
Esto se suma al incremento de las deportaciones de palestinos de Al-Quds, su expulsión de la mezquita Al-Aqsa y el asalto diario del recinto sagrado por colonos israelíes extremistas.
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