Todo esto ha levantado reacciones mundiales. El presidente palestino, Mahmud Abás, ha anunciado el aplazamiento de las elecciones parlamentarias, previstas para el 22 de mayo, debido a los impedimentos planteados por el régimen israelí para votar en Jerusalén Este, Al-Quds.
El Movimiento de Resistencia Islámica Palestina (HAMAS), proyectado a ganar los comicios, ha estado rechazando el aplazamiento. Insiste en que los palestinos deberían explorar formas de forzar las elecciones en Al-Quds sin el consentimiento o la coordinación de las fuerzas de ocupación. Esta postura es compartida por muchos.
Mientras tanto, países como Turquía condenaron que Israel dinamite el proceso electoral palestino. La (Unión Europea), por su parte, tachó el aplazamiento de “decepcionante”.
Por otro lado, miles de personas, en su mayoría simpatizantes de HAMAS, salieron a las calles de la Franja de Gaza para mostrar su rechazo a la decisión de Mahmud Abás.
La demora es aplaudida calladamente por Israel y los países occidentales, que rechazan a HAMAS, ya que refuerza un liderazgo político débil que no ha logrado promover las esperanzas palestinas de un Estado independiente y soberano dentro de las fronteras de 1967 reconocidas por la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
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