La oficina de prensa de Gaza destacó este lunes en su cuenta de Telegram que “el agua es usada como un arma de guerra para exterminar a la población y privarla de sus derechos más básicos”, y cifró en 112 los muertos en “masacres” perpetradas en filas para obtener agua potable.
“La última de estas masacres tuvo lugar cerca del campamento de Al-Nuseirat, donde la ocupación dejó doce mártires, incluidos ocho niños”, ha aseverado, al tiempo que ha acusado a las tropas israelíes de “destruir deliberadamente 720 pozos”, lo que “deja a más de 1,25 millones de personas sin acceso a agua potable”.
En otro punto de sus declaraciones, la prensa gazatí ha recordado que Israel ha limitado la entrada de combustible a Gaza, necesario para el funcionamiento de los pozos, plantas de tratamiento de residuos y “otros sectores vitales”, lo que “ha causado la parálisis casi total de las redes de agua y saneamiento, fomentando la propagación de epidemias, especialmente entre los niños”.
La Franja es escenario de “un crimen de privación de agua en medio de un silencio internacional absoluto y con la participación directa e indirecta de países europeos y occidentales”, ha agregado.
Ha reiterado que “esta política racista constituye un crimen conforme a las Convenciones de Ginebra y una grave violación del Derecho Internacional Humanitario, del cual las autoridades de ocupación israelíes son plenamente responsables”.
“Pedimos a la comunidad internacional (...) que adopte medidas urgentes para detener de inmediato la guerra del agua, garantizar el acceso sin restricciones al agua por parte de los civiles y presionar a la ocupación para permitir la entrada de combustible y el equipo necesario para operar los pozos y los centros de tratamiento de residuos”, ha esgrimido.
En otra parte de sus declaraciones, la prensa de Gaza solicitó la apertura urgente de una investigación internacional sobre el crimen de privación de agua, parte del genocidio en marcha contra los civiles en Gaza, así como que la ocupación rinda cuentas ante los tribunales internacionales por sus crímenes contra civiles indefensos.
Israel ha lanzado una brutal ofensiva contra Gaza desde octubre de 2023, matando a más de 58 000 palestinos, en su mayoría mujeres y niños. El incesante bombardeo ha devastado el enclave, provocando escasez de alimentos y la propagación de enfermedades.
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