• El presidente brasileño, Jair Bolsonaro (izq.), junto al primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, en Tel Aviv, 31 de marzo de 2019. Foto (AFP)
Publicada: domingo, 31 de marzo de 2019 22:13
Actualizada: lunes, 1 de abril de 2019 2:31

Palestina condena, en los términos más enérgicos, la apertura de una “oficina diplomática” de Brasil en la sagrada ciudad palestina de Al-Quds (Jerusalén).

El ministro de exteriores del régimen de Israel, Yisrael Katz, ha informado este domingo de que Brasil ha abierto una “oficina diplomática” en la ciudad de Al-Quds, durante la visita en curso del presidente brasileño, Jair Bolsonaro, a los territorios ocupados palestinos.

En reacción, la Cancillería de Palestina ha denunciado la medida brasileña como “una flagrante violación de la legitimidad internacional y sus resoluciones y una agresión directa contra el pueblo palestino y sus derechos”.

Agrega que la apertura de la “oficina diplomática” brasileña en Al-Quds supone ceder a las presiones estadounidenses e israelíes para perpetuar las actividades de ocupación y asentamientos, la judaización de dicha urbe y la imposición enérgica de la ley israelí sobre esta ciudad ocupada.

 

El Ministerio de Exteriores de Palestina ha recordado que Al-Quds es una parte integral de los territorios palestinos ocupados en 1967, según ha recogido la agencia oficial de Palestina WAFA.

Las decisiones tomadas por la Administración estadounidense y el régimen de Tel Aviv, así como por los que las siguen, no dará a Israel el derecho sobre Al-Quds y sus alrededores, insiste la Cartera palestina, al tiempo que adelanta la toma de decisiones apropiadas ante la medida brasileña.

Brasil no reconoce oficialmente la soberanía israelí sobre Al-Quds y Cisjordania, territorios palestinos ocupados desde la Guerra de los Seis Días de 1967. Sin embargo, Bolsonaro, desde su llegada al poder, ha reconocido repetidas veces que ve a Israel como un referente.

El posible traslado de la embajada brasileña de Tel Aviv a Al-Quds ha provocado la ira de muchos países, en particular de los pertenecientes a la Liga Árabe (LA), que han conminado a Bolsonaro a no llevar a la práctica esa mudanza por ser “un paso que no solo dañaría los intereses de los palestinos, sino que reduciría drásticamente las oportunidades de lograr una paz de gran alcance”.

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