"Se ha alertado a las compañías aéreas de un posible ataque a un avión con un misil antitanque, pero los pilotos no están seguros de cómo tomar una acción evasiva", han declarado este jueves al periódico fuentes anónimas de la Inteligencia francesa.
Se ha alertado a las compañías aéreas de un posible ataque a un avión con un misil antitanque, pero los pilotos no están seguros de cómo tomar una acción evasiva", han declarado este jueves fuentes de la Inteligencia francesa al diario británico The Telegraph.
El presidente francés, François Hollande, reaccionó el martes a un extraño tiroteo dentro del tren de alta velocidad que une Ámsterdam con París asegurando a sus conciudadanos que deben "prepararse para otros ataques y protegerse".
Uno de los escenarios temidos es "un nuevo 11 de septiembre a la francesa" que reduciría a los servicios de Inteligencia al papel de "meros espectadores", incapaces de reaccionar, según un agente de la Dirección General de Seguridad Exterior de Francia (DGSE).
"La verdad es que ya hemos hecho todo lo posible para reducir el riesgo de los atentados, pero hemos llegado al límite. No somos capaces de hacer más, tanto desde el punto de vista legislativo y organizativo como financiero", dice la fuente.
Otro de los escenarios previstos es la sublevación de barrios enteros cuya población es hostil a las fuerzas de seguridad y en los que se pueden obtener armas de fuego de contrabando con facilidad. El Ejército francés ha preparado planes de "reapropiación del territorio nacional".
La verdad es que ya hemos hecho todo lo posible para reducir el riesgo de los atentados, pero hemos llegado al límite. No somos capaces de hacer más, tanto desde el punto de vista legislativo y organizativo como financiero, afirma la fuente de la Inteligencia francesa.
"En los suburbios hay muchos hijos de inmigrantes de cuarta generación, alienados y furiosos, y las perspectivas de radicalización son cada vez más verosímiles", afirman las fuentes.

Los agentes consideran que no es "creíble" que el episodio del tren de alta velocidad fuera obra de un individuo que operaba por cuenta propia, sino que se enfrentan a "redes muy organizadas de islamistas militantes embarcados en una campaña de violencia y decididos a intensificarla".
La prensa y círculos de poder occidentales suelen calificar de "islamistas" a terroristas takfiríes que, aunque actúan usurpando el nombre del Islam, mantienen casi siempre sospechosas relaciones con servicios de Inteligencia, que los grandes medios de comunicación apenas mencionan de pasada.
En los suburbios hay muchos hijos de inmigrantes de cuarta generación, alienados y furiosos, y las perspectivas de radicalización son cada vez más verosímiles, considera el agente francés.
El autor del reciente ataque, el marroquí Ayub al-Jazani, de 25 años de edad, era conocido por cuatro servicios de Inteligencia occidentales, según informes de prensa, y se piensa que en mayo viajó a Siria para unirse a la banda terrorista EIIL (Daesh, en árabe).
Al-Jazani, sin embargo, afirma que sólo quería usar el kalashnikov que llevaba en el tren Thalys para extorsionar a los pasajeros y obligarles a entregarle su dinero, negando todo carácter ideológico a su operación. Aun así, el martes fue acusado formalmente de terrorismo.
El marroquí se mudó a Francia en 2014 tras contratarlo el empresario Alain Jochimek —representante del mayor lobby sionista del país galo, el Consejo Representativo de las Instituciones judías de Francia (CRIF) y vicepresidente delegado de la organización masónica judía estadounidense Bnai Brith en Francia—, según ha revelado el periodista francés Hisham Hamza.
En el momento de mudarse, la Policía española había señalado a sus contrapartes francesas los vínculos con redes terroristas de Al-Jazani, quien ya había sido detenido varias veces por tráfico de drogas.
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