Erdogan indicó el domingo a los periodistas que su homólogo estadounidense, Donald Trump, tiene la autoridad de anular o posponer la aplicación de la Ley para Contrarrestar a los Adversarios de EE.UU. mediante Sanciones (CAATSA, por sus siglas en inglés) contra Turquía por haber comparado los sistemas antimisiles S-400, de fabricación rusa. De igual modo, aseguró en el caso relacionado con los S-400, es Trump, “quien debe partir la diferencia”.
Defendió, asimismo, que la compra de los sistema de defensa aérea rusa no implica que Turquía se está preparando para la guerra.
“Por el momento, no creo que Trump comparta la misma opinión con sus empelados (sobre sancionar a Turquía por los S-400). Nosotros no nos estamos preparando para la guerra, comprando los S-400. Estamos intentando garantizar la paz y nuestra seguridad nacional”, matizó el mandatario turco, citado por el medio local Haberturk.
Erdogan prosiguió diciendo que Ankara aún quiere comprar los sistemas estadounidenses de defensa aérea Patriot, por lo que ambas partes deben buscar vías para aumentar el negocio y “trabajar en una completa cooperación defensiva”, recalcó.
Las declaraciones del presidente truco se produjeron dos días después de que el país recibiera el primer lote de los S-400 rusos, pese al rechazo de Washington.
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Por el momento, no creo que Trump comparta la misma opinión con sus empelados (sobre sancionar a Turquía por los S-400). Nosotros no nos estamos preparando para la guerra, comprando los S-400. Estamos intentando garantizar la paz y nuestra seguridad nacional”, matizó el presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan.
Ankara, un aliado de EEUU que elige a Rusia
Turquía es el primer país miembro de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) que ha sellado un contrato con Rusia para adquirir sus sistemas de defensa antiaérea y esto no le ha gustado nada ni al bloque militar occidental ni a EE.UU., en particular.
Ankara sostiene que necesita las armas rusas para defenderse de los “rebeldes” kurdos y terroristas, a quienes considera la principal amenaza a su soberanía territorial. Sin embargo, conforme a distintos analistas, el despliegue de los S-400 rusos en Turquía no estará exento de problemas, ya que estos sistemas no se podrán integrar al resto de sistemas de defensa antiaérea de la OTAN y, dado el emplazamiento estratégico de Turquía en el flanco oriental de la Alianza Atlántica, es, en realidad, un asunto problemático.
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Además, Turquía busca, al mismo tiempo, agenciarse de varios F-35, siendo estos los aviónes de guerra más avanzados de todo el arsenal estadounidense. En este sentido, a Washington le preocupa que, “si Turquía opera tanto con los F-35 como con los S-400, los rusos pudieran hacerse con una información crucial que les permitiría entender mejor las características del avión y, por lo tanto, cómo poder batirlo”, por eso amenazan con suspender el programa con el país euroasiático, de acuerdo con el corresponsal para temas diplomáticos y de seguridad de la cadena británica BBC Jonathan Marcus.
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