“En un primer momento, Turquía planea dirigirse al Consejo de Seguridad de la ONU y, si un país miembro permanente del Consejo de Seguridad recurre a su derecho de veto, Ankara presentará esta cuestión a la consideración de la Asamblea General y hará todo lo posible para cancelar la ilegal e injusta decisión sobre Al-Quds”, ha dicho este viernes Erdogan.
En un discurso en la región de Anatolia, el mandatario turco ha afirmado también que la decisión de su homólogo estadounidense, Donald Trump, de reconocer Al-Quds como “capital” israelí augura una nueva ola de operaciones contra el mundo islámico.
Tras recordar que el Estado palestino ha sido reconocido ya por 137 países, Erdogan ha dicho que dará pasos para que lo haga “la mayoría” de los existentes, además de que los Estados islámicos crearán nuevos fondos para ayudar a los palestinos.
“Los musulmanes no se rendirán indefinidamente a este doble rasero, a esta injusticia y a esta usurpación de derechos. Como Turquía, estamos decididos a hacer lo que debamos en esta materia”, ha añadido.
EE.UU. es miembro permanente del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas (CSNU) con poder de veto, lo que significa que cualquier movimiento para revocar la decisión de Washington será previsiblemente bloqueado.
En un primer momento, Turquía planea dirigirse al Consejo de Seguridad de la ONU y, si un país miembro permanente del Consejo de Seguridad recurre a su derecho de veto, Ankara presentará esta cuestión a la consideración de la Asamblea General y hará todo lo posible para cancelar la ilegal e injusta decisión sobre Al-Quds”, anuncia el presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan.
Al-Quds, venerada por los musulmanes, los cristianos y los judíos, es el tercer sitio más sagrado del Islam y ha estado durante décadas en el corazón del conflicto entre israelíes y palestinos. El régimen de Tel Aviv capturó en 1967 la parte oriental de la ciudad y luego la anexó, en una acción no reconocida internacionalmente.
La decisión de la Administración de Trump ha dejado de lado la política tradicional de Washington acerca de la necesidad de un consenso entre palestinos e israelíes. La medida ha sido criticada con dureza por parte de los países musulmanes e incluso por los Gobiernos europeos más cercanos al régimen israelí.
La decisión proisraelí de Trump también ha desencadenado una ola protestas en los territorios ocupados. Las fuerzas de guerra del régimen israelí (IDF, por sus siglas en inglés) han reprimido las protestas en la ocupada Cisjordania y en la Franja de Gaza, dejando a cientos de manifestantes heridos.
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