El acuerdo se ha alcanzado durante una conversación telefónica mantenida este viernes entre el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y su homólogo de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, según ha informado la oficina de prensa de la Presidencia turca.
En su comunicado, la fuente ha precisado que ambas partes además trataron la evolución de los acontecimientos en Siria, los lazos bilaterales y los resultados de la cumbre tripartita celebrada el pasado miércoles en la ciudad rusa de Sochi entre Rusia, Irán y Turquía.
“Al subrayar la importancia de fortalecer las relaciones turco-estadounidenses, los líderes coincidieron en la lucha conjunta contra todas las organizaciones terroristas, incluyendo Daesh (acrónimo en árabe del EIIL), el Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), y FETÖ, siglas con las que Ankara se refiere a los partidarios del líder de la oposición, el clérigo Fethulá Gülen)”, reza el texto.
Al subrayar la importancia de fortalecer las relaciones turco-estadounidenses, los líderes coincidieron en la lucha conjunta contra todas las organizaciones terroristas, incluyendo Daesh (acrónimo en árabe del EIIL), el Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), y FETÖ", reza el comunicado de la Presidencia turca.
Entretanto, la Casa Blanca ha informado de que los presidentes “también discutieron la compra de equipamientos militares a Estados Unidos”, recoge la agencia de noticias británica Reuters.
Según la fuente, Trump también ha avisado al presidente turco del cambio en las políticas de Washington en torno a los suministros de armamentos a sus socios sirios sobre el terreno, en alusión a las milicias kurdas que Turquía define como “terroristas”.
“El apoyo militar de EE.UU. a sus aliados en Siria tendrá ajustes”, subraya el comunicado de la Casa Blanca, que viene horas después de que el canciller turco, Mevlut Cavusoglu, haya asegurado que la Administración de Trump había prometido que no se entregarían más armas a las milicias kurdo-sirias, Unidades de Protección Popular (YPG, en kurdo).
El apoyo militar norteamericano a las milicias kurdas y la negativa de Washington a extraditar a Turquía a Gülen (a quién Ankara acusa de haber orquestado el fallido golpe de Estado de 2016 contra Erdogan) siempre influyeron de manera negativa en las relaciones bilaterales entre ambos países.
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