• El presidente de Ucrania, Petro Poroshenko (dcha.), estrecha la mano del vicepresidente estadounidense, Joe Biden, tras reunirse en Kiev, 16 de enero de 2016.
Publicada: lunes, 16 de enero de 2017 10:30

El presidente de Ucrania, Petro Poroshenko, pide al presidente entrante de EE.UU. que mantenga la prioridad de la ‘cuestión ucraniana’ durante su presidencia.

“Apostamos mucho por la continuidad en nuestra labor conjunta por parte del nuevo Gobierno estadounidense. Estamos listos para una cooperación eficaz y fructífera”, ha declarado Poroshenko al término de un encuentro sostenido este lunes en Kiev, capital ucraniana, con el vicepresidente estadounidense saliente, Joe Biden.

Por su parte, Biden ha urgido al próximo jefe de la Casa Blanca, Donald Trump (que asumirá el cargo el próximo 20 de enero), a que sea un fuerte socio y defensor de Ucrania.

Apostamos mucho por la continuidad en nuestra labor conjunta por parte del nuevo Gobierno estadounidense. Estamos listos para una cooperación eficaz y fructífera”, ha declarado el presidente de Ucrania, Petro Poroshenko.

El político estadounidense, que ha arribado en la misma jornada al país eslavo, también llama a la comunidad internacional a “seguir aunando esfuerzos” para contrarrestar lo que llamó la “coerción y agresión” por parte de Rusia.

Biden ha señalado, asimismo, la importancia de la permanencia en vigor de las sanciones antirrusas hasta que Moscú “cumpla integralmente sus compromisos” bajo los acuerdos de paz sobre el conflicto ucraniano rubricados en la capital bielorrusa de Minsk.

Las declaraciones de Biden chocan con la disposición manifestada por Trump para levantar las sanciones impuestas contra Rusia sobre el conflicto en el este de Ucrania y los supuestos hackeos rusos, si Moscú coopera con Washington en ciertas áreas.  

 

Se trata de la última visita oficial a un país extranjero realizada por Biden como vicepresidente, lo que refleja el enfoque especial que recibió Ucrania bajo la égida de la saliente Administración de Barack Obama.

Desde 2014, cuando la península Crimea se adhirió mediante un referendo (no reconocido por Kiev) a la Federación Rusa, EE.UU., la Unión Europea (UE) y otros países occidentales aplican varios paquetes de sanciones contra ciudadanos, empresas y sectores de la economía rusa, acusando a Moscú de estar involucrado en la crisis ucraniana, algo que el Kremlin ha negado tajantemente.

mjs/nii/