“EE.UU. tendrá que cesar su comportamiento militar y sus políticas de apoyo a los terroristas si busca una solución política en Siria”, ha afirmado este martes la portavoz del Ministerio iraní, Marzie Afjam.
EE.UU. tendrá que cesar su comportamiento militar y sus políticas de apoyo a los terroristas si busca una solución política en Siria”, ha afirmado la portavoz de la Cancillería iraní, Marzie Afjam.
Afjam además ha refutado las afirmaciones de su homólogo estadounidense, John Kirby, que pidió el lunes que Teherán jugara un “rol positivo” en la crisis siria y dejara de apoyar a sus aliados de la región, entre los que se destaca Bashar al-Asad, el presidente sirio.
“Ha sido evidente la seriedad y la firmeza de la República Islámica de Irán en combatir el terrorismo. Irán actúa en la región conforme a sus responsabilidades e intereses y no permite a nadie que le marque obligaciones al respecto”, ha recalcado la diplomática persa.
Para Afjam, los problemas y las crisis dentro de Siria derivan de la “intervención militar, las políticas de doble rasero de EE.UU. y sus aliados”, y el uso de grupos terroristas como una herramienta por parte de Washington.
Irán, ha agregado, también ha sido una “víctima del terrorismo y ha pagado un precio muy caro en su lucha contra este fenómeno antihumano”, a diferencia de algunos países, como “Arabia Saudí” que crearon “Al-Qaeda, Talibán, Frente Al-Nusra (rama siria de Al-Qaeda), Daesh (acrónimo en árabe del EIIL)” y otros grupos terroristas en la región.
Afjam ha hecho hincapié en que los conflictos en Siria terminarán sólo a través de una vía política. “La República Islámica de Irán usa sus capacidades para posibilitar el logro de una solución equilibrada y duradera basada en el voto verdadero del pueblo sirio”, ha señalado.
Siria, desde marzo de 2011, sufre una gran crisis provocada por grupos terroristas que cuentan con el respaldo de algunos países como Arabia Saudí, Turquía y EE.UU. con el objetivo de derrocar el Gobierno legítimamente establecido en Damasco.
La crisis siria ya se ha cobrado la vida de más de un cuarto de millón de personas, de acuerdo con las estadísticas del opositor Observatorio Sirio para los Derechos Humanos (OSDH).
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