Los actuales propietarios del teatro —que adquirieron en 2011— trataban de expulsar al cómico desde enero de 2014, después de que el entonces ministro del Interior y hoy primer ministro, Manuel Valls, lanzase una campaña de acoso contra el humorista.
Los dueños de la sala alegaban que la misma no era explotada por el arrendatario firmante del contrato, la sociedad Bonnie Productions, que en septiembre de 2013 fue eliminada de los registros comerciales.
Privado de su lugar habitual de trabajo, Dieudonné queda —pese a ser uno de los cómicos más populares de su país, aun siendo difamado constantemente por la gran mayoría de medios de comunicación— sin espacio donde producir sus espectáculos en la capital francesa.
En la segunda semana de septiembre, el propietario de otra sala que Dieudonné había alquilado el día 8, de nombre Alain Madar —dueño de 300 locales en todo París— anuló también el contrato al conocer la identidad del cómico.
Las expulsiones, sumadas a numerosas anulaciones forzosas de espectáculos y prohibiciones de venta, siguen a años de acoso mediático y judicial. En diciembre de 2014, el principal lobby sionista del país galo, el Consejo Representativo de las Instituciones judías de Francia (CRIF), reclamó al Gobierno francés que impidiese actuar a Dieudonné.
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