"Esperamos tener a tanta gente como ayer y enviar el siguiente mensaje al Gobierno: mienten, roban e intimidan desde hace demasiado tiempo, y la gente ya no puede aceptar eso", ha argumentado un manifestante, el abogado Simon Tam.
Esperamos tener a tanta gente como ayer y enviar el siguiente mensaje al Gobierno: mienten, roban e intimidan desde hace demasiado tiempo, y la gente ya no puede aceptar eso", ha argumentado un manifestante, el abogado Simon Tam.
Se trata de la segunda jornada de protestas antigubernamentales en la capitalina ciudad de Kuala Lumpur en contra del primer ministro, Nayib Razak, cuyo partido lleva 58 años en el poder.

Multitudinarias manifestaciones, todos vestidos con camisetas amarillas de la plataforma cívica “Bersih” (palabra que significa "limpio" en malayo) han retomado sus marchas, mezclando con discursos, cánticos y oraciones en un ambiente festivo.
La movilización se ha llevado a cabo sin incidentes, pese a que las autoridades la prohibieron tras bloquear la página web de Bersih, convocante de la protesta. Además, la agencia malasia de noticias Bernama ha informado de la detención de 12 participantes.
Los organizadores han afirmado la participación de unas 200.000 personas, muchas más que las 29.000 que censaba la Policía. También se han celebrado otros actos similares en otras ciudades del país.
Por su parte, el premier malasio ha criticado severamente las protestas diciendo que manchaban la imagen del país asiático. "Aquellos que visten este atuendo amarillo (...) ellos quieren desacreditar nuestro buen nombre, pintarrajear con carbón el rostro de Malasia ante el mundo exterior", ha indicado.

Las protestas contra el primer ministro estallaron, sobre todo, a raíz del enorme escándalo financiero que afecta a la sociedad pública 1Malaysia Development Berhad (1MDB), creada por iniciativa de Razak a su llegada al poder en 2009.
La compañía tiene hoy una deuda de unos 11.185 millones de dólares, de los que se sospecha que malversó unos 715 millones.
Las peticiones de dimisión de Razak se multiplicaron en el pasado mes de julio, después de que el diario estadounidense The Wall Street Journal revelara que según los investigadores malasios unos 700 millones de dólares de la agencia estatal de inversiones 1MDB se desviaron a las cuentas bancarias personales del primer ministro del país. Sin embargo, el premier negó la acusación.
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