• El alcalde de Béziers (suroeste de Francia), Robert Ménard
Publicada: jueves, 7 de mayo de 2015 9:24

En Francia, el alcalde de Béziers (suroeste de Francia), Robert Ménard, fue acusado el miércoles de racismo por llevar a cabo un sondeo ilegal sobre niños musulmanes.

Son cifras de mi alcaldía (...) El alcalde tiene, clase por clase, los nombres de los niños. Sé que no tengo derecho a hacerlo. Pero, perdón por decirlo, los nombres indican sus confesiones. Decir lo contrario sería negar la evidencia".

El fiscal de Béziers le abrió una causa después de que Ménard confesara en una entrevista televisiva que había realizado una estadística sobre la religión de los alumnos en las escuelas de su municipio, un acto revestido de ilegalidad y que ha provocado una ola de indignación a nivel nacional.

El miércoles, el también fundador y exdirector de Reporteros Sin Fronteras (RSF), quien goza del apoyo del Frente Nacional (FN), fue interrogado por la policía acerca de sus controvertidas declaraciones sobre el número de niños musulmanes que residen en Béziers.

“Son cifras de mi alcaldía (...) El alcalde tiene, clase por clase, los nombres de los niños. Sé que no tengo derecho a hacerlo. Pero, perdón por decirlo, los nombres indican sus confesiones. Decir lo contrario sería negar la evidencia", respondió el alcalde respecto a las declaraciones que realizó al canal de televisión France 2.

Las afirmaciones del corregidor francés indignaron al presidente francés, François Hollande, quien desde la ciudad de Riad, capital de Arabia Saudí, las condenó enérgicamente, para luego señalar que actitudes de esa índole van en contra de los valores de Francia.

El presidente de Francia, François Hollande

 

Por su parte, el premier francés, Manuel Valls, reaccionó a los hechos declarando que el alcalde de Béziers debería sentir “vergüenza”, puesto que “la República no hace ninguna distinción entre sus hijos”.  

De acuerdo con un artículo de opinión publicado en el diario parisino Le Monde, el procedimiento de Ménard está penado por el artículo 226-19 del Código Penal francés y puede costarle hasta 5 años de cárcel y una multa de 300.000 euros.

Este acto provocativo fue criticado, asimismo, por del Ministerio de Educación de Francia, que pidió a las autoridades del país europeo que pongan en marcha una investigación sobre la actitud racista del alcalde francés.

mno/anz/kaa

Comentarios