Desde México, el presidente Andrés Manuel López Obrador insiste en que en el país no se producen los precursores químicos del fentanilo, como acusan desde los Estados Unidos.
En el ámbito bilateral, el Gobierno Mexicano continúa trabajando para frenar el tráfico de fentanilo, al tiempo que exige un alto al tráfico de armas desde los Estados Unidos. En tanto que los ánimos electoreros en ese país cada vez más utilizan al fentanilo, así como a la migración, para buscar simpatizantes.
Mientras avanzan los embates electoreros, en México se multiplican las voces que claman por un alto a la criminalización de los migrantes y por políticas migratorias que prioricen sus derechos humanos frente a los intereses estadounidenses.
Ante la finalización el 11 de mayo próximo del Título 42– una medida que respondía a la emergencia sanitaria con la que Estados Unidos justificaba deportaciones directas desde la frontera– existe preocupación en el gobierno mexicano por las consecuencias que pueda provocar la falsa percepción de laxitud en las políticas migratorias estadounidenses.
Sara Morales Gallego, Ciudad de México
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