Un adolecente se conforma con una paga menor a la de un adulto por las tareas que le asignan sin medir el peligro que puede llevarlo desde la cárcel o incluso hasta la muerte.
Las autoridades como en el caso del estado norteño de Baja California, realizan campañas preventivas principalmente en las escuelas públicas en donde han detectado algunos estudiantes con pequeñas dosis de sustancias prohibidas.
Pero para los expertos, las esferas gubernamentales deben todavía ir más allá por tratarse de un problema social, educativo y familiar.
La vulnerabilidad en que se encuentran los jóvenes, los hace presas fáciles de las organizaciones delictivas.
Según el Sistema Penal mexicano Acusatorio, si un adulto es detenido por temas relacionados con narcotráfico, como pena mínima puede pasar en prisión hasta tres años, mientras que un menor seguiría en total libertad.
Alberto Elenes, Tijuana.
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